Política
¡Panquequismo a full!

Vuelve el perro arrepentido: ¿el traidor Jaldo se reconcilia con Manzur tras el destrato del Gobierno nacional?

El gobernador Osvaldo Jaldo quedó pagando con el faltazo de Javier Milei al acto del 9 de Julio y volvió a arrimarse a su antecesor, Juan Manzur. (Dibujo: NOVA)

El gobernador Osvaldo Jaldo, gobernador de Tucumán, vuelve a posar para la foto con Juan Manzur, en una postal que no solo busca recomponer puentes rotos, sino también blindar un proyecto político en medio del derrumbe económico que amenaza con tragarse a los “dialoguistas” del interior.

Quien hasta hace poco jugaba de socio confiable de Javier Milei, aparece ahora abrazado a la columna vertebral del peronismo tucumano, ensayando un regreso al redil manzurista con guiños incluidos a Cristina Fernández de Kirchner.

La imagen del último miércoles fue clara: Jaldo y Manzur al frente, rodeados de pesos pesados del PJ local como el vicegobernador Miguel Acevedo, la intendenta capitalina Rossana Chahla, la senadora Sandra Mendoza y otros referentes con anclaje territorial. El mensaje fue inequívoco: el gobernador decidió girar el volante y alejarse del naufragio mileísta.

Desde su asunción, Jaldo jugó fuerte al pragmatismo. Fue uno de los primeros mandatarios provinciales en alinearse con la Casa Rosada libertaria, apostando a un “pacto de gobernabilidad” que, en los papeles, prometía recursos frescos para obras públicas, salud y educación. Pero ese pacto, según admiten en su entorno, “no se cumplió en la medida esperada”. Lo que sí llovieron fueron recortes, ajustes y promesas sin ejecutar.

Mientras Jaldo tejía puentes con Balcarce 50, Manzur endurecía su postura, alineado con el peronismo más crítico al modelo de ajuste. La sintonía entre ambos dirigentes tucumanos se cortó, y con ella, parte del músculo del PJ local. El detonante: sectores cercanos a Manzur, como el legislador Javier Noguera y el diputado Pablo Yedlin, comenzaron a expresar públicamente su rechazo al rumbo económico del gobierno nacional y la complacencia de la Casa de Gobierno tucumana.

Incluso se llegó al punto de ruptura simbólica cuando Noguera lanzó su propia lista para disputar cargos nacionales por fuera del oficialismo provincial, con el aval nada menos que de Cristina Kirchner. Ese gesto activó las alarmas: si Tucumán se partía, el peronismo perdería una de sus fortalezas electorales de cara a los comicios legislativos del 26 de octubre.

El acercamiento entre Jaldo y Manzur no es un acto de nostalgia: es un movimiento táctico en un tablero donde Milei dejó de ser aliado útil para convertirse en una carga. La motosierra económica secó las arcas provinciales y puso en jaque la gestión cotidiana. La foto de unidad es también una declaración de supervivencia.

Para dejarlo claro, Jaldo no solo compartió la escena con Manzur sino que lo colocó a su lado durante los actos patrios por el 9 de Julio, como en los viejos tiempos. En política, nada es casual. Y en tiempos de tormenta, hasta los que se alejaron del barco vuelven a bordo… si aún flota.

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