Judiciales y Policiales
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VIDEO | Una gestión de papelón: juicios perdidos y denuncias fallidas dejan en jaque a Jaldo

El episodio de "Gaturra" Lausberg se suma a otros traspiés de la gestión provincial y pone en evidencia la urgencia de un cambio de rumbo. (Dibujo: NOVA)

El gobernador tucumano Osvaldo Jaldo enfrenta un nuevo escándalo político tras la abrupta salida de María Lausberg, quien desde el 8 de febrero ocupaba la vicepresidencia del Directorio del organismo provincial.

La renuncia forzada de Lausberg, conocida en los pasillos del poder como “la Gaturra”, expone una gestión plagada de denuncias y litigios que, lejos de resolver los problemas de la provincia, han terminado en un rotundo fracaso y en un costoso golpe al erario público.

Un desembarco polémico

Llegada en octubre de 2022 con la promesa de “transparentar y optimizar” la administración, Lausberg ocupó su cargo más por favores políticos que por méritos profesionales.

Sus antecedentes en el ámbito privado eran escasos y, según distintos allegados al gobierno, su designación obedeció más a la necesidad de equilibrar estructuras internas que a un proyecto de gestión concreto.

Fiasco jurídico contra la UNT

El episodio más grave de su breve mandato fue el litigio contra la Universidad Nacional de Tucumán (UNT). Lausberg impulsó una demanda con el objetivo de anular un supuesto “enroque irregular” en la presidencia del Directorio universitario.

Sin embargo, el proceso terminó en caducidad de instancia por un error de "principiante": nunca notificó formalmente la demanda a las autoridades de la UNT.

“Este juicio perdido le costó dinero al Gobierno, que tuvo que hacerse cargo del pago de los honorarios de los abogados de la UNT”, reveló una fuente de la Auditoría General de la Provincia.

El costo de esta ineptitud recayó directamente en el bolsillo de los tucumanos, que vieron cómo recursos públicos se esfumaban por una chapuza administrativa.

Denuncias sin sentido y litigios estériles

Lejos de limitarse a la UNT, Lausberg promovió una serie de denuncias penales y administrativas contra ex funcionarios y empresas contratistas. La mayoría de estas causas fueron archivadas o se convirtieron en expedientes eternos por falta de pruebas y errores de forma.

En cada caso, el denominador común fue la ausencia de sustento jurídico y la ostentosa falta de diligencia.

“Nos encontramos con expedientes mal armados, testimonios incompletos y requerimientos de documentación que jamás se pidieron en tiempo y forma”, admite un integrante del equipo de Legales que tuvo que subsanar el desastre dejado.

Un legado de torpeza

La gestión de Lausberg deja al descubierto las fallas de un esquema político que privilegia los nombramientos por afinidad sobre la capacidad profesional. Jaldo, quien la presentó en sociedad como una pieza clave para sanear las cuentas y fortalecer la transparencia, ahora ve cómo su estrategia se convierte en un lastre.

Los tucumanos esperan explicaciones y, sobre todo, resultados. En lugar de denuncias vacías y juicios que no prosperan, la provincia requiere políticas concretas para reactivar la economía, mejorar los servicios públicos y garantizar la seguridad.

El episodio de Lausberg se suma a otros traspiés de la gestión provincial y pone en evidencia la urgencia de un cambio de rumbo.

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