Panorama Político de Tucumán
Otro camino

Un contundente triunfo abrazo al clientelismo

Hubo largas colas para cobrar dádivas, antes y durante la elección. (Dibujo: NOVA)

El triunfo del oficialismo era previsible, no así su magnitud. La aplastante victoria de Osvaldo Jaldo alcanzó una diferencia de 22 puntos sobre Roberto Sánchez, aproximadamente 230 mil votos de distancia. Una paliza que no esperaba ni el más optimista en Casa de Gobierno y cuyo clímax se alcanzó con el triunfo de la candidata, Roxana Chahla, arrebatándole la Intendencia de San Miguel de Tucumán a Juntos por el Cambio. Una victoria del aparato de poder que no escapa de una realidad lamentable y que explica, en parte, la enorme ventaja en favor del peronismo.

Fiel a su estilo, que lo consolida en el poder, el Gobierno desplegó una maquinaria de enorme alcance cuya finalidad fue cooptar votos. Más allá de la pobre campaña de la oposición para posicionarse como una alternativa electoral competitiva, el despliegue del aparato clientelar oficialista no tiene resistencia alguna.

Un sistema muy aceitado que implica acarreo masivo de votantes, control de votos, compra de punteros políticos y fiscales de la oposición, bolsones de mercaderías en los sectores más desfavorecidos (donde el peronismo siempre se impone) y el reparto impune de dinero del Gobierno a los miles de empleados estatales un par de días antes de la elección gracias a un oportuno bono de 20 mil pesos. La cúspide del clientelismo.

Frente a todo esto, antes de las elecciones, la duda que suele surgir no es quién ganará los comicios, sino por cuánta diferencia se impondrá el oficialismo. Así es la lamentable realidad de Tucumán que, desde el comando del Frente de Todos en Buenos Aires, quiere mostrarse, pensando en las elecciones presidenciales, como un éxito con implicancias nacionales.

No por nada, antes de conocerse cualquier guarismo, el candidato bendecido por Cristina Kirchner, Eduardo “Wado” de Pedro, se anticipó a todos sus competidores y vino a levantar el brazo triunfante de Jaldo.

Al desplazado Juan Manzur le duró poco la bronca por el fallo de la Corte Suprema que le impidió secundar a Jaldo en la fórmula electoral. La presencia de De Pedro despertó rumores que empoderan al exministro de Cristina y Alberto Fernández.

La flamante denominación Unión por la Patria implica, además, la búsqueda de nombres que permitan al oficialismo nacional realizar una elección, por lo menos, competitiva. Algunas encuestas ubican a este espacio fuera de un posible ballotage. Un escenario catastrófico que aparejaría el certificado de defunción del kirchnerismo.

Temerosos de esto, se busca un gobernador que integre una fórmula electoral ante el avance de Javier Milei y de Cambiemos (que hace todo lo posible en perder votos con sus peleas intestinas).

Rápido de reflejos, el actual mandatario provincial, a sólo dos días de la victoria se instaló en Buenos Aires para negociar el lugar de vice en una hipotética fórmula de unidad. Una situación que hoy no parece tener un destino claro debido a las intenciones de varios referentes oficialistas de competir en las PASO. Para seducir, Manzur, llevó a la dirigencia nacional la cabeza de Horacio Rodríguez Larreta quien apostó fuerte en esta elección apoyando al derrotado Roberto Sánchez. Pretende mostrarse, con el sorpresivo triunfo en la capital tucumana (bastión de Cambiemos) como una alternativa de peso para competir a la oposición en las elecciones nacionales. Se atribuye haber sido el padre político de la criatura, Roxana Chahla, para imponerse en el municipio más grande del norte argentino.

¿Será Manzur una figura que logrará sumar votantes en todo el país a favor del oficialismo? Su éxito en Tucumán no es garantía de que esto se replique en el resto del país. Una cosa son los triunfos de los oficialismos en cada provincia. Otra, es torcer la paupérrima imagen que la gestión de los Fernández tiene a nivel nacional.

Lectores: 157

Envianos tu comentario