Panorama Político de Tucumán
Hay que apretar el cinturón

Los ajustes que se vienen: Jaldo deberá pedirle la motosierra a Milei

El gobernador tucumano Osvaldo Jaldo. (Dibujo: NOVA)

A pocos días de las elecciones generales del 22 de octubre próximo, desde el oficialismo se insiste en la idea de personificar a Javier Milei como el candidato que, ajustes mediante, dejará a millones de argentinos sin asignaciones.

A la histórica (y costosísima) premisa kirchnerista “donde hay una necesidad, nace un derecho” le queda poco tiempo. No sólo por la promesa de campaña del libertario de restringir sensiblemente los fondos que se usan para partidas sociales, sino también, por el ajuste que pocos en el oficialismo quieren mencionar: el que deberán encarar los gobernadores en todo el país, entre ellos el tucumano Osvaldo Jaldo.

Cuando asuma, el próximo 29 de octubre, el actual vicegobernador deberá lidiar con un frente de tormentas que promete ser largo e impiadoso. Al menos discursivamente, Jaldo ya salió a anunciar públicamente que, una vez en el poder, frenará todas las designaciones de personal, recategorizaciones o subas salariales que se hayan dado en la desbordada administración pública provincial dos meses antes de su asunción. Incluso, advirtió que responsabilizará a los funcionarios que hayan efectuado este tipo de medidas.

Con esto, el gobernador electo intenta dar un doble mensaje puertas adentro. Por un lado, es consciente que siempre, con un cambio de gobierno, comienzan nombramientos a mansalva sobre todo de personal identificado con la administración saliente. En este caso, se pretende dar una señal, no solamente de supuesta austeridad, sino también de una nueva gestión con impronta propia y despegada del manzurismo.

Frente a esto, en los últimos días comenzó el runrún de nombres que acompañarán al tranqueño en su gestión. Todo indica que muy pocos integrantes del gabinete actual de Juan Manzur sobrevivirán a la poda jaldista. Los funcionarios que hoy se hallan en actividad y con proyección de continuar en funciones serán aquellos que no tengan una marcada identificación política con el exjefe de Gabinete del presidente Alberto Fernández.

Así, con esta premisa excluyente, los únicos ministros que reasumirán en sus cargos serán Luis Medina Ruiz, en el área de Salud y Eugenio Agüero Gamboa, en Seguridad.

En este contexto, junto a las designaciones del nuevo equipo de trabajo, será interesante conocer cómo será el ajuste del flamante mandatario en el organigrama del Poder Ejecutivo. Por lo pronto, ya se habla de la fusión de los Entes de Cultura y Turismo y del área de Saneamiento con el Ente de Infraestructura.

Con todo esto en carpeta, Jaldo deberá resolver cómo las golpeadas arcas provinciales podrán sostener los salarios de 110 mil empleados estatales en un contexto con olor a hiperinflación. Previendo este escenario, dirigentes sindicales desfilaron por estos días hacia el despacho de Jaldo advirtiéndole que se vienen paritarias bimestrales. El futuro mandatario los recibió sonriente. La despedida no tuvo el mismo color. Tendrá que desplegar una estrategia de negociación estratégica con los gremios de cara a lo que se viene.

Desde lejos, casi ajeno a todo, más como espectador que como gobernador saliente, Juan Manzur analiza qué será de su carrera política. Claramente, el contexto que deberá encarar su sucesor es mucho más complejo que hace cuatro años atrás cuando éste asumió en el poder.

El destino de Manzur, a primera vista, está en el Senado de la Nación. Todo indica que ocuparía la banca de Pablo Yedlin quien encabeza la lista de diputados del oficialismo en las próximas elecciones nacionales del 22 de octubre. La otra alternativa es más ambiciosa y remota: formar parte de un posible gabinete de gobierno de Sergio Massa. Hoy, dadas las encuestas, parece que Manzur deberá conformarse con mucho menos de lo que aspiró.

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