Panorama Político de Tucumán
¡Impresionante!

Jaldo mira con temor el futuro de Casa Rosada

Bussi podría obtener una banca en Diputados gracias al vendaval de Milei en Tucumán. (Dibujo: NOVA)

El gobernador electo de Tucumán, Osvaldo Jaldo, sintió el pasado domingo un frío por la espalda. La algarabía por su triunfo electoral del pasado 11 de junio comienza a quedar lejana, difusa. Los resultados de las elecciones primarias pusieron al actual vicegobernador, y a futuros mandatarios provinciales identificados con el peronismo, en un momento de incertidumbre.

El vendaval que representó el avance de Javier Milei en los recientes comicios nacionales sacudió las gobernaciones a lo largo y ancho del país. Si ya se tiene asumido que se vienen tiempos de ajustar gastos para intentar aminorar el brutal déficit que padece el país, el temor que genera Milei incrementa las chances de un cimbronazo en las provincias. Ante esto, el Gobierno provincial, que decidió no movilizar el aparato en las PASO, hoy mira las elecciones generales del 22 de octubre con otras urgencias.

En Tucumán (como en el país), el oficialismo no esperaba esta derrota. Unión por la Patria se ubicó en tercer lugar en los cómputos finales y se llevó un porrazo histórico. Lo mismo pasó en la provincia, con la primera derrota electoral que sufre el peronismo desde 1995. En aquel entonces, fue vencido por Antonio Domingo Bussi. Hoy, paradójicamente, el hijo del represor, Ricardo Bussi, disfruta las mieles de una buena elección gracias a su alianza con Milei.

En rigor, los votos logrados por el republicano, en su enorme mayoría, le pertenecen al candidato presidencial de La Libertad Avanza. Basta decir que en las elecciones provinciales Bussi apenas obtuvo el 3,9 por ciento de los votos. Y, pese a haber conseguido el segundo lugar en la pelea por las bancas en Diputados, recibió un corte de boletas brutal.

Si se repasan los números, Javier Milei logró 342 mil votos para presidente, en tanto, su acompañante para diputado, Ricardo Bussi, sólo logró 252 mil, es decir 90 mil sufragios menos. La tijera fue protagonista en los cuartos oscuros. Milei ganó su elección en Tucumán, pero Bussi, si bien creció, sí fue derrotado por el oficialismo.

De repetirse estos guarismos, habrá una pérdida de bancas en Diputados, tanto para el peronismo como para Juntos por el Cambio. De momento, analizando el resultado de las primarias, de los cinco escaños tucumanos en disputa (tres oficialistas y dos de Juntos por el Cambio), dos de ellos irían a parar a Fuerza Republicana, dos al oficialismo y el restante para Mariano Campero, referente de Patricia Bullrich.

En Casa de Gobierno, esta derrota obligará a tomar una actitud distinta de cara a las elecciones generales. No solo porque negociar fondos con un Milei presidente puede ser abrumador e impredecible, sino también, porque perder a un presidente del mismo signo político que la gobernación actual, pondrá a Jaldo en un escenario más que complejo. Sin giros millonarios desde Casa Rosada el túnel se hará largo y oscuro.

Ahora, al peronismo tucumano, le tocará volver a encender la máquina clientelar y salir a militar por Sergio Massa. Esto fue un compromiso dirigencial que se acordó, puertas adentro, tras los resultados de comicios. Sin embargo, la tarea no será sencilla. El despilfarro de fondos públicos en las elecciones provinciales todavía se hace sentir en las arcas de Casa de Gobierno. Habrá que ingeniarse para poner en marcha el aparato.

El otro desafío será recolectar votos para un candidato a presidente que acaba de devaluar un 22 por ciento. Hoy los salarios perdieron casi un cuarto de su poder. Una caída del poder adquisitivo fortísima. Con una inflación que durante agosto alcanzará los dos dígitos, muchos se preguntan en el Gobierno qué tanto pueden hacer para recaudar votos para Massa. Hoy, el terror a Milei, es el motor más fuerte que tiene el Gobierno provincial para encarar las próximas votaciones con mayor injerencia…y clientelismo.

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