Política
Manzur de licencia y Jaldo de visita en la Rosada

En la Provincia todos se enganchan al "juego de la silla" de la Gobernación

Osvaldo Jaldo y su línea sucesoria se reunieron con Juan Manzur en Buenos Aires. Dejaron un hueco.

La política de Tucumán se mueve a ritmos convulsionados. Primero fue la pelea entre Juan Manzur y su vice Osvaldo Jaldo. Ahora se suma otra figura al juego de la silla provincial: Sandra Orquera, que responde a Ricardo Bussi y este lunes ocupó el despacho de la Gobernación, mientras los otros saldaban sus diferencias en Casa Rosada.

Hasta ahora, el culebrón tenía dos protagonistas: el nuevo jefe de Gabinete de Alberto Fernández y su sucesor incómodo, la fórmula del Partido Justicialista que en 2019 se impuso en las elecciones a gobernador y vicegobernador por delante de las boletas de Silvia Elías de Pérez (UCR) y Bussi (Fuerza Republicana).

Sus diferencias, que incluyeron denuncias públicas, pusieron en peligro la designación de Manzur en su cargo nacional tras la derrota en las PASO y los reacomodamientos en el Frente de Todos. Su desembarco en el Gobierno requería un pedido de licencia y, como consecuencia, dejar en manos de su radicalizado rival interno -que lo acababa de enfrentar en elecciones- el sillón principal de la provincia.

Con la intervención del Presidente parecieron encaminar un pacto de concordia. Para fortalecer la paz, Jaldo viajó en las últimas horas a Buenos Aires, donde mantuvo una reunión con Manzur. Su ausencia en el pago chico disparó otro giro en esta historia de novela.

Con mayúsculas por si acaso…

"LA PRIMERA GOBERNADORA DE LA PROVINCIA", escribió -con las mayúsculas- la diputada bussista, este lunes al mediodía en Twitter. "Hoy estuve realizando mi labor en casa de Gobierno como la primera gobernadora de la provincia", agregó quien es la vicepresidenta II en la Legislatura de Tucumán. Es decir, quien quedaba presente en la provincia siguiendo la línea sucesoria.

Su presencia en el despacho del gobernador tomó por sorpresa a más de uno. Y sirvió para que el bussismo marque terreno en la pelea provincial, en una situación insólita que le abrió la puerta grande de la política local.

Es conocida la licencia que se tomó Manzur para desembarcar en el Gobierno nacional, después de que Cristina Kirchner le levantara la penitencia. Y Jaldo se trasladó por un día a la Ciudad de Buenos Aires. Pero el vicegobernador -y gobernador en funciones- no llegó solo: lo acompañaron Sergio Mansilla y Néstor Regino Amado, presidente subrogante y vicepresidente I de la Legislatura tucumana.

Entonces, en la estricta formalidad, la última ficha que se mantuvo en pie para quedar al mando del gobierno tucumano fue Orquera.

"A pesar de que sea por unas cuantas horas seguimos trabajando y luchando con esperanzas para que nuestro querido Tucumán vuelva a ser el Jardín de la República", escribió la inédita mandataria provincial, con un tiro por elevación para el oficialismo.

Pero la legisladora fue mucho más allá. Aprovechó también para invitar a Bussi al despacho. Así, juntos como en una audiencia oficial, se retrataron. Y dejaron un mensaje caliente para los ausentes.

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