¿Bajó la violencia o inflaron los números? Jaldo dice un 50 por ciento menos de robos y 30 por ciento de homicidios

En la rueda de prensa del lunes, Osvaldo Jaldo aseguró que, durante el primer semestre de 2025, los homicidios bajaron de 28 a 19 (30 por ciento) y los robos cayeron un 50 por ciento respecto a 2024. Según atribuyó a un plan integral que incluyó inversiones en policía, capacitación y complejos penitenciarios, “no puede haber política de seguridad sin política carcelaria”.
Sin embargo, la narrativa no convence: la sensación de inseguridad en la calle sigue intacta. Vecinos, comerciantes y usuarios de transporte público siguen reportando robos, hurtos y asaltos casi a diario. Las cifras oficiales no coinciden con el relato popular y los numerosos hechos violentos que no llegan a la prensa. Si la base del reclamo ciudadano no mejora, los números quedan como una fachada.
𝗖𝗮𝘀𝗮 𝗱𝗲 𝗚𝗼𝗯𝗶𝗲𝗿𝗻𝗼 | Mantenemos un diálogo abierto y permanente con los medios de comunicación, convencidos de que la información clara es fundamental para todos los tucumanos. En este marco, brindamos una conferencia de prensa par dialogar sobre temas de interés para… pic.twitter.com/t4kqNSowKF
— Osvaldo Jaldo (@OsvaldoJaldo) July 1, 2025
La lógica detrás del discurso de Jaldo también despierta dudas. El énfasis en equipar cárceles y en endurecer la Narcomenudeo (2.900 detenidos, 400 condenados) aporta apariencia de acción, pero no garantiza tranquilidad. La violencia interna, los delitos menores y la criminalidad en zonas periféricas siguen sin atenderse.
El jefe policial, Joaquín Girvau, aseguró que no hay “tibieza” y que todos los homicidios están esclarecidos, con apoyo del Poder Judicial y del operativo Lapacho en frontera provincial. Aun así, si el ciudadano común no percibe más presencia o resolución, las promesas se diluyen.
Las matemáticas de Jaldo suenan precisas, pero la percepción pública y la cruda realidad no coinciden. La disminución estadística no reemplaza patrullajes efectivos, justicia ágil ni prevención. Tucumán necesita menos propaganda y más seguridad para que se sienta, no sólo que se cuente.