Acuerdos fantasma y delirios de la “Dupla 2 Neuronas”: el canal que no mira nadie y los pactos que no ve nadie

El 17 de diciembre de 2024 se firmó lo que desde adentro vendieron como un acuerdo “súper recontra estratégico y vital”: que el móvil de Canal 10 se instale en Tafí del Valle durante la temporada de verano. Suena ridículo porque lo es.
¿Qué carajo tiene que ver una concesionaria de autos con un canal fundido, sin audiencia y con menos rating que la misa del padre Ignacio? ¿Qué sentido tiene semejante convenio? ¿Acaso era para que José Alperovich preste autos y lleven de paseo a Ingrid Lausberg y la "Gaturra" por los Valles Calchaquíes?
Y ESTO !!!👇
— MARCELO FAVA (@MARCELOFAVAOK) January 8, 2025
¿La familia del violador Alperovich toma el control de Canal 10? Anunciaron la firma de un extraño "convenio estratégico" de marcas
El clan Alperovich estaría retomando poder en Canal 10 de Tucuman, a través de un extraño "convenio estratégico".
Según se informó… pic.twitter.com/U1qAN4KrEG
¿Para sacarse una fotito con los pueblos originarios de Amaicha y seguir vendiendo humo con las causas sociales? ¿O quizás para ir a “culear” con Felipe Seia en Catamarca con viáticos camuflados de cobertura?
Lo tragicómico es que la farsa no termina ahí. Esta fue otra más de las puestas en escena de la "Dupla 2 Neuronas": la Gaturra y el supuesto experto en comunicación de Alperovich, que en vez de gestionar algo real, orquestaban estos papelones institucionales como si la ciudadanía viviera en un frasco.
Ella, que se autoproclama "especialista en contenidos", y él, que supuestamente venía a rescatar la imagen del canal, hacían circular gacetillas para contar que firmaban convenios sin pies ni cabeza. ¿Para qué? Para sacarse una foto, para mostrarse activos, para seguir vendiéndose entre ellos en un circuito de egos y ridiculez.
Y lo peor es que creían que nadie se daba cuenta. Que con dos títulos pomposos y una nota pagada se tapaban las vergüenzas de un canal vacío, un proyecto sin contenido, y una gestión que no tiene más que escándalos, favores sexuales disfrazados de trabajo y acuerdos que no benefician a nadie. En fin, ¿qué se puede esperar de un gato burro más que un “miau” y una patada?