La Provincia
Escándalo en Tucumán

Van cayendo de a uno: legisladora oficialista se toma “licencia” en medio de una causa federal por narcotráfico y lavado

La legisladora provincial Sandra Figueroa, esposa del ex intendente destituido de Juan Bautista Alberdi.

La legisladora provincial Sandra Figueroa, esposa del ex intendente destituido de Juan Bautista Alberdi, Luis “Pato” Campos, solicitó una licencia en la Legislatura mientras avanza una investigación federal que involucra a su familia en delitos gravísimos como asociación ilícita, narcotráfico y lavado de activos.

El pedido de Figueroa fue presentado al vicegobernador Miguel Acevedo, en un contexto cargado de tensión: la Legislatura sesiona hoy para validar la intervención del municipio y del Concejo Deliberante de Alberdi, una medida impulsada por el propio gobernador Osvaldo Jaldo, quien hasta hace poco avalaba políticamente a los implicados.

Según fuentes judiciales, la causa que lleva adelante el fiscal federal Rafael Vehils Ruiz apunta directamente a Campos, al exsecretario de Hacienda José Roldán, y a la propia Sandra Figueroa, aunque esta última no pudo ser detenida por su inmunidad parlamentaria. El juez federal José Manuel Díaz Vélez rechazó por ahora los pedidos de detención, pero las pruebas y audios filtrados en los últimos días ponen en jaque la credibilidad del oficialismo.

La familia Campos-Figueroa construyó un dominio político hegemónico en Alberdi durante las últimas dos décadas. Primero, Luis Campos como intendente por tres mandatos consecutivos. Luego, su esposa Sandra Figueroa tomó la posta y ocupó la jefatura municipal por ocho años, para finalmente dar el salto a la Legislatura por el acople oficialista del Frente de Todos por Tucumán en 2023.

El escándalo estalló tras la difusión de audios comprometedores que generaron conmoción en el sur provincial y dejaron al descubierto una red de favores, complicidades y posibles vínculos con delitos federales. La intervención política ordenada por Osvaldo Jaldo llega tarde y bajo presión, cuando la situación ya era insostenible.

Mientras tanto, desde el oficialismo se apela al silencio y a los mecanismos institucionales para frenar el costo político. La licencia solicitada por Figueroa no implica renuncia ni asunción de responsabilidad: es solo una salida táctica para blindar al bloque legislativo oficialista.

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