La denuncia se suma y asemeja a la reciente presentación judicial contra la diputada nacional María Celeste Ponce que fue denunciada por su exasesora por obligarla a darle el 60 por ciento de su salario como ayudante de la Cámara. En el caso de la exconcejal de San Miguel de Tucumán, ésta apuntó contra Ricardo Bussi y Eduardo Verón Guerra de su mismo partido.

Leiva los acusó de haberla obligado durante sus años como concejal a retirar dinero de cajeros automáticos con varias tarjetas de débito que pertenecían a empleados de la Legislatura y Concejo. A estos trabajadores solo les daba una parte de sus remuneraciones y la más importante se las quedaban Bussi y Verón. Tal como funcionaba el esquema de "Chocolate" Rigau en la provincia de Buenos Aires.

"En el período del 2015 al 2019 fui secretaria del (entonces) concejal Ricardo Bussi y por un tiempo realicé trabajo para el (entonces) concejal Eduardo Verón Guerra, que compartían oficina. O sea que para el concejal Ricardo Bussi y Eduardo Verón hice un trabajo sucio de buscar por las noches en cajeros automáticos plata con tarjetas de débito que se le quita a la gente, donde les manejan el dinero ellos (sic). A la gente solo se le entrega un importe inferior y el resto es para ellos", contó la víctima en la sede policial.

Allí, la exedil reveló que las prácticas de Bussi y Verón no tenían nada de liberales. Agredían mujeres de manera física y verbal, eran despectivos constantemente contra ellas y, en algunos casos, "las obligaban a pagar a las mujeres que lo chantajeaban cuando no quedaban conformes les pagaban por sexo".

Por ello, Leiva denunció a los dos dirigentes que compartieron lista con el actual presidente Javier Milei y afirmó haber sido víctima de "acoso laboral", "nunca dejaron de burlarse de mí, de descalificarme" incluso me "dejaron afuera de la lista".